La Universidad de León podrá mostrar con legítimo orgullo entre sus fondos una de las obras más brillantes sobre la poetica del Barroco español y sobre la figura de Luis de Góngora, en particular. Es un libro que sostiene una hipotesis de trabajo muy original, que sigue una precisa y rigurosa metodologia, que ha empleado una vasta y actualizada bibliografia y que ofrece unos brillantisimos resultados
La introducción del libro recuerda e intenta superar las dos tesis contrapuestas que se han venido proponiendo sobre la poesía amorosa de Quevedo, la que ve en ella la expresión de una subjetividad desgarrada, y la que la explica como reescritura artificiosa de una compleja tradicion literaria. Por otra parte, plantea unos cuantos principios de metodo aplicables a la lectura de los textos barrocos en general: la posibilidad de leerlos como argumentacion en apoyo de una tesis o "sentencia" central; la oportunidad de considerar la tradicion doctrinal y literaria de donde esta sentencia deriva; la indole sofistica, y sin embargo indirectamente veridica, reveladora, de la argumentacion desarrollada. Se comentan a continuacion ocho textos breves, lo bastante distintos entre si como para reflejar la versatilidad de Quevedo, y lo bastante complejos como para manifestar la riqueza polifonica de su escritura. El comentario se propone no solo aclarar la letra de los textos, sino explicar en parte su calidad estetica y el interes que pueden tener todavia para un lector de hoy.
En las Soledades de Góngora, un joven de alta nobleza, náufrago y errante, deambula durante cuatro días por un mundo rural hospitalario que vive en una paz gozosa e inalterable. A primera vista estamos en un regimen radicalmente alejado del registro epico, y sin embargo Mercedes Blanco, en un estudio que apenas tiene antecedentes ni paralelos en la critica anterior, demuestra que en este poema puede verse la respuesta del poeta andaluz a lo que Torquato Tasso habia llamado poema heroico.En este fascinante dialogo se pone en relacion la obra de Gongora con las de Pontano, Poliziano, Sannazaro, Ariosto y Torquato Tasso, considerando tambien el fondo comun de la epica clasica las lecturas de Homero en el Renacimiento. En la lengua poetica de este ultimo Gongora hallo tecnicas favorables a una escritura que constituye el mundo como paisaje en un sentido cercano al del genero pictorico. A la tradicion epica remite asimismo el discurso de las navegaciones, un fragmento de la Soledad primera que incluye un paradojico mapamundi sin toponimos y ofrece una sintesis de los ejercicios meditativos que suscito la revolucion geografica de la era moderna.