La lectura de este libro nos permite adentrarnos en debates que son a la vez, culturales e inherentes a la disciplina psicoanalítica en sí misma. También son, de modo paradójico, localmente franceses, y tambien globales. Quienes lo lean con atencion encontraran numerosos coincidencias con autores de otras latitudes y con algunas producciones teoricas de nuestro medio. Tal vez esas convergencias nos permitan entender que nuestro pensamiento, lejos de ser un eco de los discursos metropolitanos, es una voz mas, que resuena en el coro global que es a la vez, un foro de debates sobre nuevas modalidades de existencia.En el contexto del neoliberalismo, diversas corrientes de pensamiento y las tecnologias del yo que derivan de ellas, se disputan el mercado de la asistencia al malestar subjetivo. Si bien Tort critica de modo agudo muchas de estas propuestas alternativas, no deja de destacar el proceso de captura que han sufrido algunos discursos surgidos de la comunidad psicoanalitica, que se hicieron solidarios de las tendencias sociales conservadoras, reactualizadas ante la ansiedad que despiertan los vertiginosos cambios culturales en materia de familia y de identidad de genero y orientacion sexual.
El discurso sobre "la declinación del padre" se ha vuelto un lugar común. Este diagnóstico sobre la falla de la función paterna se lleva adelante en nombre del psicoanálisis, que supuestamente establece los alcances de las funciones simbólicas vitales para el psiquismo humano y su desestructuración actual. La tarea del psicoanálisis es más bien interpretar este discurso angustiado, invirtiendo los términos del problema. "El Padre" es una construcción histórica, solidaria de las formas tradicionales del dominio masculino, que asegura a los padres el monopolio de la función simbólica. Esta figura patriarcal, en crisis desde principios de la modernidad, está cediendo el lugar, en las sociedades democráticas actuales, a nuevas disposiciones de las relaciones de parentalidad. Pero el fin de un padre, el del patriarcado occidental, es el fin de un mundo, no el fin del mundo. Este cambio de perspectiva no es pensable sin un nuevo examen crítico de las construcciones de Freud y de Lacan sobre el padre. A esta tarea se encomienda Michel Tort, quien con rigor y agudeza no exenta de ironía, establece las bases de una historia positiva de la paternidad, dejando de dar vueltas nostálgicamente alrededor del relato edificante de una declinación permanente.
Los estudios de Michel Tort presentados en este libro discuten en profundidad el lugar ocupado por el psicoanálisis en los discursos sobre la condición histórica, y por lo tanto política, de la subjetividad; especialmente cuando se trata de asuntos relativos a la sexualidad, la filiación, las parentalidades. Cuestión que, aun cuando podría entenderse como un aspecto crucial del "discurso" psicoanalítico, ha sido abordada muy parcialmente en los debates teóricos, clínicos y antropológicos de los psicoanaístas, al menos durante los últimos 50 años. La problemática de la así llamada "decadencia" del Padre, es discutida aquí siguiendo diversas orientaciones críticas, de las cuales la confrontación con las hipótesis relativas a la "función paterna" en algunas versiones del psicoanálisis contemporáneo es un momento central. Pero más ampliamente, los trabajos de Michel Tort se diregen a cuestionar el rol político del patriarcado y sus traducciones discursivas, en el marco de las transformaciones culturales de nuestra época, herederas de los giros producidos por los movimientos que no han dejado de reclamar la igualdad y el valor de los deseos.