«Los últimos treinta y cinco años de mi vida han sido una larga marcha por la frontera, o, mejor dicho, por las diferentes fronteras en las que se codean israelíes y árabes, israelíes y palestinos, pero también judíos e israelíes, religiosos y laicos, judíos europeos y judíos orientales. Fronteras que se entrecruzan y a veces se superponen, más o menos permeables, más o menos infranqueables. Warschawski relataun recorrido ycompromiso excepcionales, en los que el sentimiento no es excluido por la política ni la emoción por la razón. Ligado a los valores del judaísmo de la diáspora, inspirado en el socialismo sin fronteras de los revolucionarios del antiguo mundo yidish, este pasador de fronteras conoce y denuncia la amarga realidad interior de Israel. Se mezclananálisis ytestimonio más allá de los tabúes respetados incluso por la izquierda oficial. Confiesa sudesconcierto ante los cambios de actitud en Israel después de la guerra de 1967.
El tercer milenio verá probablemente la creación del Estado de Palestina. La llamada Segunda Intifada es, de hecho, la guerra de independencia de los palestinos, y la violencia desplegada por el ejército israelí y por los colonos es la expresión sanguinaria de una rabia colonial y vengativa ante una revuelta cuya salida se conoce. El sueño del Gran Israel, con la mayoría de su espacio y de sus recursos naturales bajo control israelí, ha chocado con la determinación del pueblo palestino y su combate por la libertad y la independencia. Israel-Palestina: la alternativa de la convivencia binacional hace una de las más convincentes apuestas a favor de la paz y de la igualdad de derechos dentro de una perspectiva plurinacional. Una propuesta viable capaz de aportar soluciones a uno de los problemas más difíciles del actual momento internacional.