Dentro de la especie humana están los buenos, los regulares y los malos. Esto, que puede parecer una perogrullada, parece que se olvida con más frecuencia de lo que debería ser saludable para el correcto funcionamiento de la sociedad. Sólo por sus actos se reconocen a unos y a otros, por lo que siempre hay que estar muy atento a la forma en que se comportan las personas que por distintas causas pasan por nuestra vida, como familiares, amigos o conocidos.Que la vida no es justa es una verdad aplastante y es algo terrible. El único consuelo de que tantas personas malvadas destrocen la vida de inocentes, mientras ellos mueren cómodamente rodeados de cosas que no les pertenecen, es algo que sólo la religión puede consolar, ya que, como dijo el Nazareno, el día de la cosecha la mies se recogerá y las malas hierbas irán al fuego.En el mundo de la caza se encuentran los buenos, regulares y malos. Al ser la actividad cinegética cuestionable por la mayoría de la sociedad, se debe intentar, dentro de lo difícil, explicar que la caza es necesaria para la naturaleza.Esta novela trata precisamente de un buen cazador que por circunstancias de la vida no tuvo la suerte que se hubiese merecido, pero que se fue de este mundo con la cabeza bien alta.
Es un libro sobre la pérdida de honestidad de la caza en los últimos tiempos, que ha pasado a convertirse en una actividad industrial y deshumanizada, a la vez que un veraz cuadro de la sociedad rural y urbana española y los cambios que ha sufrido en las ultimas decadas. Miguel Rosillo reflejade manera amena la comercializacion de la caza. A traves de la voz de la ultima perdiz manchega, despliega las vivencias de variados personajes relacionados con el sector cinegetico y nos muestra la decadencia de este, sin faltar un fresco toque humoristico tiznado de aguda ironia. Es una novela con el sabor de las historias contadas al calor de la lumbre, ejemplos de la generosidad y la tirania humanas siempre en competencia.
Diego es un hombre muy enfermo. Ya ve próxima la muerte. Pese a ser noble, su vida ha estado marcada por la fatalidad. Su sueño, antes de morir, siempre fue conocer el África profunda. Tras el último disgusto que recibe, decide marcharse para allá. Ya le da igual que la muerte le encuentre en la profundidad de la sabana. Allí vivirá aventuras sorprendentes y conocerá personas y animales que le marcarán su vida.