Yo, Mukhtaran Bibi, perdí la conciencia de mí misma, pero nunca olvidaré las caras de aquellos brutos. Para ellos, una mujer no es más que un objeto de posesión, de honor o de venganza. Se casan con ella o la violan segun si concepcion del orgullo tribal. Saben que una mujer humillada asi no tiene otra salida mas que el suicidio. Yo no les concedo mi perdon, ni mucho menos, pero intento explicar a los extranjeros, que me acribillan a preguntas, como funciona la sociedad del Penjab. Como si fuese un objeto con el que pueden hacer lo que quieran. La verdadera pregunta que mi pais debe plantearse es muy simple: si la mujer es el honor del hombre, ¿por que quiere violar o matar este honor?
Yo, Mukhtaran Bibi, perdí la conciencia de mí misma, pero nunca olvidaré las caras de aquellos brutos. Para ellos, una mujer no es más que un objeto de posesión, de honor o de venganza. Se casan con ella o la violan segun su concepcion del orgullo tribal. Saben que una mujer humillada asi no tiene otra salida mas que el suicidio. Yo no les concedo mi perdon, ni mucho menos, pero intento explicar a los extranjeros, que me acribillan a preguntas, como funciona la sociedad del Penjab. Como si fuese un objeto con el que pueden hacer lo que quieran. La verdadera pregunta que mi pais debe plantearse es muy simple: si la mujer es el honor del hombre, ¿por que quiere violar o matar este honor? Su relato resulta estremecedor; su acusacion, inequivoca, sin ambiguedades. Fue violada, humillada. Deberia haberse suicidado segun la tradicion. Pero se rebelo, grito, atrajo la atencion del mundo entero y logro que los infames fueran juzgados. En las paginas de este libro relata su odisea y retrata una sociedad, unas costumbres, que nos transportan a un mundo ancestral, exotico, colorista y cruel.