La obra de Gómez Dávila se compone de miles de unos aforismos que él llamaba escolios a un texto implícito y que presentaba como notas al margen de un sistema filosófico que nunca escribió. Ese conjunto monumental, secreto y provocador constituye algo así como una `estética de la resistencia` a las ideologías y modos de vida dominantes en la sociedad moderna, desde la óptica de un declarado reaccionario que por sus magistrales desplantes (`los tres enemigos del hombre son el demonio, el Estado y la técnica`) puede descolocar tanto a la derecha como a la izquierda tradicionales. Para comenzar, debo decir que los fundamentos que subyacen al pensamiento de Nicolás Gómez Dávila me resultan perfectamente ajenos. Es más, en la medida en que uno puede atreverse a hacer aseveraciones metafísicas tajantes, creo que son completamente erróneos. La concepción ultracatólica de la realidad como coartada positiva de un escepticismo radical, la vieja y obstinada querella contra la democracia (tan antihistórica, porque en la idea de democracia se reúne lo mejor de Grecia y lo mejor del cristianismo occidental), la fruición en denunciar los ideales de ilustrados de Igualdad, Justicia, Progreso, etcétera... (ninguno de los cuales obliga a una fe ciega, porque, como el mismo Gómez Dávila nos dijo, `ser civilizado es poder criticar aquello en que creemos sin dejar de creer en ello`)... todas estas concepciones de fondo me parecen inconsistentes y desde luego no me mueven a ninguna simpatía. Incluso diré que cuando afloran a través de algunos de los rarísimos aforismos de Gómez Dávila que incurren en su detestada bêtise, siento un cierto alivio: por ejemplo, cuando dice `quien no vuelve la espalda al mundo actual se deshonra` o también `aun la derecha de cualquier derecha me parece siempre demasiado a la izquierda`.En efecto, es tranquilizador para un progresista -y no tengo más remedio que confesarme como tal, más allá de las estrictas demarcaciones de la izquierda y la derecha- considerar rechazables las conclusione
La vida y la obra del filósofo colombiano Nicolás Gómez Dávila (1913-1994) se fraguó lentamente en los límites de la ingente biblioteca de su casa. Dávila construyó una de las críticas filosóficas más clarividentes y feroces de la modernidad. Esta cuidad
Tras la publicación de los aforismos completos de su obra magna, Escolios a un texto implícito, Atalanta presenta ahora el segundo libro que apareció en vida de Nicolás Gómez Dávila. Publicado en 1959 en Bogotá, bajo el sobrio título de Textos I, este volumen tiene la particularidad, dentro del conjunto de su obra publicada, de ser el único escrito en prosa continua. Así pues, el lector puede aquí saborear en toda su extensión la eficaz calidad de su estilo. Pero aparte del placer sensual que reporta la prosa de Gómez Dávila, este libro ofrece una clave esencial de su pensamiento, pues según Francisco Pizano de Brigard, en él se encuentra todo el desarrollo de su teoría de la reacción: el texto implícito al que aluden los Escolios (que se hallaría entre las páginas 55 y 84 de este libro), donde se exponen, «sin ningún propósito didáctico», las líneas esenciales de su visión antropológica y metafísica del hombre. Cierra el volumen la recuperación de un breve texto perdido, El reaccionario auténtico, que completa y sintetiza su visión filosófica del mundo, que lejos de ser una «exposición dialéctica del universo», es el lúcido «llamamiento de una libertad despierta a una libertad dormida». «Atalanta pone ahora a disposición del lector español los aforismos de uno de los hitos del pensamiento en lengua castellana del siglo xx.» Miquel Porta Perales. ABC «La obra de Gómez Dávila es inagotable, y para quien esto escribe una verdadera sorpresa: el descubrimiento de una mente lúcida, con una capacidad expresiva (comprensiva) digna de los grandes aforistas de cualquier época.» Juan Malpartida. Letras Libres
Nelle profondità dell'America latina si celava da decenni un territorio tenuto gelosamente nell'ombra: così ha detto di questo autore Alvaro Mutis. Sono brevi, taglienti proposizioni che additano imperiosamente una verità che non muore per sottrarla alle fallacie della modernità. Figlio di ricchi possidenti, formatosi da autodidatta nella Parigi delgi anni Venti e ritornato poi a Bogotà, Gomez Davila si ritirò da allora nella solitudine della sua biblioteca raccogliendovi giorno dopo giorno un corpus di sentenze notevole, di cui qui è presentata una prima silloge.
"Obra prima del pensamiento occidental." Así califica Álvaro Mutis estos Escolios: estos aforismos en los que, sin el menor rodeo, con la más fulgurante condensación, el pensamiento va directo a lo esencial. Lo esencial: el destino del hombre y del mundo, del arte y del pensamiento, de la religión y de la política. En medio de una crítica implacable, mordaz y profunda de nuestro mundo y de nuestros valores. Libro en el que se expande el más alto pensamiento. Libro de filosofía, pero filosofía escrita con la belleza de la más alta poesía: con esa "majestuosa belleza" de la que habla también Álvaro Mutis.