«Magdalenas sin azúcar» narra la apasionante historia de amor entre Felipe y María. Estando Felipe preso, ella conoce a Clara, una adolescente embarazada que le trastoca los esquemas, todo ello sin dejar de amar a Felipe. Nada es fácil para Clara y María, juntas se deben enfrentar al terror imperante, a sus propios miedos y perjuiciosmorales, todo ello sin perder la esperanza. «Todos tenemos miedo, pero no todos somos cobardes. Si hay que nadar se nada, y si hay que ahogarse por defender el barro que pisamos, nos ahogamos», dice en cierta ocasión María. Frase que, en cierto modo, resume el discurrir cotidiano de sus vidas. En palabras del catedrático de Lengua y Literatura de la Universidad de Puerto Rico-Humacao, Jaime Flores: «Magdalenas sin azúcar es una metáfora sobre la libertad y el amor en todas sus formas, condensándose dicha metáfora, tanto en el título como en la pregunta con la que se inicia y culminala historia» ¿Quién llevará flores a los muertos, si están bajo las aguas del pantano?
En aquella época, cuando Águeda abrió el baúl delante de Miguel, pocos hombres, incluso entre la nobleza, sabían leer. Mucho menos las mujeres, algunas entre las nobles eran capaces de leer y firmar su nombre. Por su condicion de mujer no lo precisaban, con ser buenas esposas y dar herederos les bastaba. Agueda, una campesina de cabellos bermejos, aprendio a leer siguiendo el dedo de Miguel, su marido, mientras este leia el Quijote. Llego a coger la pluma delante de el, no siendo capaz de trazar una letra entendible, era mujer. No obstante, a su dictado, el comenzo a escribir una novela, sin saber que mano trazo aquellas frases que salian de los labios de su ocurrente esposa. Su secreto era su arma de mujer contra los prejuicios de su entorno, que ni Miguel debia llegar a conocer.
El placer de leer una obra clásica como La Celestina, adaptada al castellano actual, sin que por ello pierda su frescura, que además contiene un amplio contenido adicional como:
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