PATRICE PELLERIN,Si Montmartre es el reino del pintor Toulouse-Lautrec, el Moulin-Rouge, centro del mundo de las artes, de las letras y de la fiesta, es su jardín. Un jardín dónde nuestro pequeño gran pintor corre cada noche persiguiendo la embriaguez y las faldas. Una noche, a la salida del Moulin-Rouge, Henri salva a una chica de una agresion, y queda inmediatamente hechizado por su encanto. Una historia de amor esplendido pero frustado, un noble y una muchacha de mala reputacion, vivida con la pasion propia de un artista como el.
Apodado “El Gavilán”, el noble bretón Yann de Kermeur, fue acusado de un asesinato que no cometió. Perseguido, se encuentra solo ante el odio de sus acusadores y tendrá que arrastrar a sus oponentes a su terreno favorito: el oceano y su furia. Tras una travesia agitada, la Medusa finalmente atraca en Louisbourg. Apenas ha pisado suelo canadiense, cuando Wagner busca detenerlo y “El Gavilan” logra esquivarlo para dedicarse a la peligrosa mision que le encomienda el rey Luis XV.
Patrice Pellerin es uno de esos autores que, siguiendo los cánones más clásicos, tiene la capacidad de seguir renovando el género del cómic de temática naval y de aventuras gracias a su indiscutible contundencia. Como ya hiciera en los siete álbumes precedentes de la serie El Gavilán, en el tomo 8 nos regala más virtuosismo en sus ilustraciones, un virtuosismo que no precisa de recursos hiperbólicos, la belleza y el detallismo de aquellas bastan para mantener el constante interés del lector. Por otro lado, la labor documental que realiza en este, como en los otros álbumes, hace que las aventuras de Yann de Kermeur, corsario bretón al servicio de la corte de Versalles que ha de cumplir con una misión que le ha sido asignada, una empresa que se verá continuamente obstaculizada por intrigas palaciegas y oscuros intereses, adquieran una verosimilitud que no hacen sino darle más pasión al relato. ¿Conseguirá El Gavilán llevar a cabo su difícil tarea?…
Yann de Kermeur, corsario del rey de Francia, recibe una orden de su soberano: ha de llegar a Canadá a toda costa. El Gavilán ya ha sobrevivido a varios atentados, mientras otros han pagado un fatal tributo por intentar cumplir esta mision secreta. Cuando La Meduse, una vez apareada, consigue zarpar, los enemigos ingleses le intentan dar caza enseguida...