"Patricia Ratto oye voces. Con esas voces concibe, compone sus novelas, y esos son los materiales con los que va a narrar. No ya las historias que esas voces cuentan, porque contar historias es en el hecho literario la parte anecdótica y menor, sino las modulaciones que esas voces tienen, la visión del mundo que portan, la existencia que se dan por el solo acto de enunciarse. Hay voces que dialogan y voces que monologan, hay voces que contestan y otras que hablan solas; Patricia Ratto las reúne y a la vez las disgrega, para mostrar hasta qué punto ei universo al que pertenecen está perfectamente integrado y al mismo tiempo en vías de desintegración. Se insinúa una heroína en las páginas de Nudos. Su potencia se consuma no menos que su imposibilidad. Porque más que en la plenitud de alguna clase de hazaña, se sostiene con peripecias tramadas tanto en la audacia como en la zozobra.Las heroínas de Patricia Ratto lo son potque se atreven a pasar delotro lado. Sucede en Nudos como sucedía, aunque de otra manera, en Pequeños hombres blancos. Pasar del otro lado es aventurarse en un mundo que es distinto o es contrario, ya sea en términos sociales, económicos, ideológicos o políticos. Pasar del otro lado define en el universo narrativo de Ratto una maneta de situarse ante los hechos reales. Y antes que eso, o para que eso exista, es condición de posibilidad para la mejor literatura: es su germen o su estímulo, su motivación más intensa, o incluso su razón de ser." Martín Kohan
Una profesora, Gabriela, llega al pueblo chubutense de José de San Martín para dictar matemáticas en un secundario. Poco a poco va descubriendo que llega a un desierto en cuyo territorio las relaciones humanas estan poseidas por una aridez interior dificil de soportar, una aspereza que maloculta una violencia individual y social casi siempre al borde del estallido.Son los años de la ultima dictadura militar, pero Gabriela no es una militante, ni esta en contacto directo con aquella voluntad, ya ausente en esos territorios desolados de la Patagonia; pero sobrevive el clima casi irrespirable, la forma de rivalizar, la brusquedad, la competencia sin codigos.Gabriela es como la mayoria silenciosa a la cual pertenece.Es ingenua, viene de otro pueblo, estuvo dedicada a sus estudios, carece de experiencia. Alguien oscuramente informada.Esto es casi una singularidad de Pequeños hombres blancos: los años de plomo han sido narrados en general en sus momentos extremos; pero la atmosfera de opresion y terror abarco de manera imprecisa a toda la sociedad y esta novela pone en escena ese contacto diario y borroneado que agobiaba a todas las personas por igual, con el brumoso y difuso sufrimiento de quienes no fueron el blanco especifico ni las victimas directas.Patricia Ratto encuentra en su primera novela una manera de contar que pone al lector en contacto con las circunstancias de su narracion, casi sin interferencias. Pequeños hombres blancos -una expresion mapuche- es una novela de voces casuales que van tramando el relato con descripciones de una fuerza poetica inesperada y sencilla: una vision de ñandues en la lejania, unos remolinos de tierra al viento, un zorro que cruza un camino. O la magistral vision de un horror que se convierte en la clave del libro, un horror inesperado y en cierto modo criminalmente trivial.