En la Guerra Civil el fenómeno guerrillero apareció con mucha mayor intensidad en el bando republicano. Una de las razones que justificarían esta realidad es que, en la mentalidad académica de los militares profesionales sublevados, formada basicamente sobre la doctrina militar francesa, no se consideraba la posibilidad de emprender ese tipo de lucha. Los milicianos eran propensos a este tipo de combate en la que se sentian habiles porque en los primeros meses de la guerra se agrupaban en diversos batallones o columnas que, a pesar de sus vibrantes nombres, no constituian unidades medianamente organizadas, encuadradas, mandadas, instruidas ni, por supuesto, disciplinadas. Milicianos que fracasaban estrepitosamente en el ataque, que medio resistian en la defensiva hasta que percibian el peligro de quedar envueltos y huian en desbandada, pero que peleaban heroicamente hasta la muerte cuando ya no habia lugar a donde retirarse y la rendicion no era una opcion.Ejemplos de esto abundan, desde el pequeño grupo de milicianos que resistio en la torre de Almendralejo hasta la defensa de Madrid. Ni un paso atras cuando ya no habia un atras donde ir. Ahora bien, esos mismos milicianos llevaban ventaja cuando se movian en pequeños grupos, por terrenos bien conocidos por ellos y preferentemente de noche. En esas condicion...
Los bombardeos aéreos añadieron una nueva dimensión a los conflictos. Ya nadie estaba a salvo, y los aviones podían llevar la destrucción, el terror y la muerte mucho más allá de la línea del frente sin distinguir entre combatientes y no combatientes. La Primera Guerra Mundial abrió el paso a estos horrores. Aviones y zepelines fueron empleados para bombardear ciudades enemigas. Pero la Guerra Civil española contempló la actuación de flotas aéreas mucho más destructoras, pálido anticipo de lo que sería la gran tragedia de la Segunda Guerra Mundial. En nuestro conflicto fueron muchas las ciudades que sufrieron bombardeos aéreos. Mucho se ha hablado y escrito de Guernica, Barcelona, Madrid y otras. Poco de Jaén o Palma de Mallorca. Recientemente se ha escrito sobre el terrible bombardeo de Cabra (Córdoba). Pero quedaba un vacío, el de los casi cincuenta bombardeos que padeció la ciudad de Córdoba a lo largo de los tres años de guerra. Este libro pretende llenar ese vacío dando a conocer aquellos hechos y honrando la memoria de las víctimas, muchas de ellas desconocidas. Esta es una obra destinada a los estudiosos de la guerra civil y de la guerra aérea, pero también a los cordobeses, muchos de ellos desconocedores de unos hechos que tanto marcaron a quienes los vivieron.
En enero de 1939, cuando las tropas de Franco avanzaban victoriosamente en Cataluña, el Ejército Popular desencadenó la que sería su última ofensiva de la guerra en tierras cordobesas, concretamente en la zona Peñarroya-Valsequillo. Esta batalla, a pesar de haber proporcionado a la Republica su mayor ganancia territorial en toda la guerra, ha pasado bastante desapercibida entre los historiadores, quizas por coincidir con la caida de Cataluña, de la misma manera que la victoria republicana en Pozoblanco fue eclipsada por la de Guadalajara. Este libro quiere remediar ese olvido.La obra se ha estructurado en dos partes. En la primera se ha pretendido dar una vision lo mas amplia y exacta posible de la situacion de los ejercitos contendientes en los meses previos a la batalla, asi como del accidentado planeamiento de la ofensiva republicana. La segunda parte se dedica a la batalla propiamente dicha, atendiendo tambien al componente aereo de la lucha y las operaciones de distraccion llevadas a cabo por los republicanos. En un ultimo apartado se estudian las causas del fracaso, lo que sirve, a la vez, como conclusiones de la obra.
Los bombardeos aéreos añadieron una nueva dimensión a los conflictos. Ya nadie estaba a salvo, y los aviones podían llevar la destrucción, el terror y la muerte mucho más allá de la línea del frente sin distinguir entre combatientes y no combatientes. La Primera Guerra Mundial abrio el paso a estos horrores. Aviones y zepelines fueron empleados para bombardear ciudades enemigas. Pero la Guerra Civil española contemplo la actuacion de flotas aereas mucho mas destructoras, palido anticipo de lo que seria la gran tragedia de la Segunda Guerra Mundial. En nuestro conflicto fueron muchas las ciudades que sufrieron bombardeos aereos. Mucho se ha hablado y escrito de Guernica, Barcelona, Madrid y otras. Poco de Jaen o Palma de Mallorca. Recientemente se ha escrito sobre el terrible bombardeo de Cabra (Cordoba). Pero quedaba un vacio, el de los casi cincuenta bombardeos que padecio la ciudad de Cordoba a lo largo de los tres años de guerra. Este libro pretende llenar ese vacio dando a conocer aquellos hechos y honrando la memoria de las victimas, muchas de ellas desconocidas. Esta es una obra destinada a los estudiosos de la guerra civil y de la guerra aerea, pero tambien a los cordobeses, muchos de ellos desconocedores de unos hechos que tanto marcaron a quienes los vivieron.