"Fue en 1873, precisamente a raíz de su matrimonio con una muchacha danesa que compartía su pensión, cuando dieron comienzo sus escarceos pictóricos, alentado por sus contactos con jóvenes impresionistas. Cuando tomaba el lápiz, sus compañeros quedaban atónitos ante las aptitudes naturales que demostraba. Para Gauguin aquello no era más que un divertido juego que ocupaba su tiempo libre y "que a la vez le fascinaba, lo apaciguaba después del trabajo seco y mecánico del naco" (Paul Gauguin).Alentado por sus compañeros impresionistas, en cuyas exposiciones participaría entre 1876 y 1886, acabaría abandonando el empleo en el que tantas aptitudes mostraba para dedicarse decididamente a la pintura.Estuvo en Haití, La Martinica y las islas Marquesas. Su profundo interés por el arte oriental le condujo a un sintetismo delimitador de planos y manchas. En sus lienzos se evidencia el deseo de romper con los convencionalismos de la tradición realista."
"He aquí el mejor ejemplo de artista menospreciado en vida y elevado a las más elevadas cumbres de la fama después de muerto.Decir menospreciado con respecto a Van Gogh no es reflejar la verdad, puesto que en realidad el público en general permaneció totalmente indiferente ante la obra de este pintor, al que las últimas generaciones han calificado de genial.¿Qué secreto, qué misterio se encierra en esa negativa pública para considerar a Van Gogh en vida como un gran artista de la paleta? ¿Por qué no logró vender ninguno de sus cuadros, a pesar de que su hermano Theo, era marchante en obras de arte y gerente de ka sucursal parisina de lka Galeria Goupil?Cierto es que el carácter de Van Gogh no predisponía en absoluto a la simpatía y mucho menos a la amistad, más esto no puede justificar en modo alguno el rechazo público y académico hacia su obra."
Gauguin fue el único en comprender plenamente el significado de la decisión adoptada, también el único en ver con optimismo las posibilidades que se le ofrecían a partir de aquel instante y, sin la menor duda posible, el único en fin que estaba íntimamente convencido de que su talento le permitiría alcanzar las más altas cimas de la gloria.