EL RELATO DELICIOSO Y ELEGANTE DE CÓMO EL CHOCOLATE DESATÓ EL FRENESÍ UNIVERSALY OTROS CAMBIOS EN EL COMER Y EL BEBER EN EL SIGLO XVIIIEste delicioso libro nos traslada al paisaje sensual del Siglo de las Luces. Como un viajero gastronomico, Piero Camporesi, uno de los ensayistas italianos mas originales y prestigiosos, nos describe con gran riqueza y maravillosos detalles una sociedad en plena ebullicion en el siglo XVIII. Bajo la luz calida de los candelabros, asistimos al tintineo de las copas y al baile de platos en los comedores donde las elites europeas, obsesionadas con la busqueda de lo exotico y aparentemente frivolas, ansiaban dejar atras el legado de los siglos salvajes que precedieron a favor de un modo de vida mas etereo y refinado.Camporesi examina el paso a una dieta mucho mas ligera y funcional, que enfatizaba alimentos exoticos como el te, el cafe y el chocolate, libre de las carnes pesadas, los sabores fuertes y los condimentos excesivamente vigorosos (queso, cebolla, ajo) que caracterizaban la antigua cocina, y da cuenta con brillantez de como este cambio refleja las profundas transformaciones en la moda y los habitos que tuvieron lugar en Europa durante la Ilustracion. Este gusto renovado se adaptaba a los paladares sensibles, era agradable a la vista y estaba en perfecta sintonia con la nueva preferencia por la delgadez y la ropa ajustada. Casaba tambien con el escaso apetito de las damas delicadas, noctambulas y golosas (pero no glotonas) que conversaban hasta la extenuacion en los salones literarios mientras saboreaban un buen tazon de chocolate.La critica ha dicho...Es, esencialmente, una reconstruccion del gusto y la cocina del siglo XVII que marco el exito de cocineros, platos, tecnicas y de la practica culinaria francesa en Europa.Corriere della SeraEste extraordinario intelectual resurge hoy con toda su carga subversiva y anticipatoria, especialmente a la luz de las transformaciones de los ultimos veinte años. Con su manera inimitable de combinar registros disonantes y hacerlos resonar de un modo visionario, indisciplinado y sin precedentes, hace de la comida el eje alrededor del cual fluye la historia.MARINO NIOLA, La Reppublica