Uno de los grandes logros que una persona puede alcanzar en su vida es darse cuenta de que la felicidad no está nunca condicionada ni por factores ajenos a ella, ni por las cosas materiales del mundo, sino que la fuente de la felicidad brota de sí mismo, concretamente de su relación en paz consigo mismo y con su entorno. Pero, ¿cómo se consigue? La mayoría de las tradiciones religiosas han afirmado y, últimamente la ciencia lo ha confirmado, que la meditación es la llave que hace fluir la fuente de la felicidad. Una mente calmada, un ánimo sereno y equilibrado, unas reacciones emocionales sanas, una percepción de la existencia correcta o una relación con el mundo y las personas sin estrés o agresividad son algunos de los frutos que la práctica de la meditación procura, siendo además el umbral por el que el ser humano puede acercarse a la espiritualidad. En este libro, un estudioso y practicante asiduo de meditación durante décadas, nos muestra las principales prácticas meditativas de distintas tradiciones como la meditación zen, la vipassana, cristiana, sufí o taoísta entre otras, todas ellas expuestas de modo tan asequible como profundo. Una obra que, en este mundo confuso y carente de valores, se hace especialmente necesaria tanto para los que ya practican alguna de ellas, como para cualquier persona que quiera acceder a sus frutos y alcanzar la felicidad.
El hombre, desde su origen, ha vivido en función de los símbolos que le rodean Todo es simbólico. La posición de la estrellas, el sol y la luna, el día y la noche… también los colores, los sabores, los sonidos y, por supuesto, el hombre. Rafael Canneti realiza un recorrido por las manifestaciones culturales simbólicas más cotidianas y conocidas. Este libro guarda un secreto: el lenguaje simbólico tiene el poder de actuar en la vida cotidiana. Se dice que quienes se acerquen a él de la manera adecuada podrán observar dentro de sí mismos la profunda acción transformadora ejercida por la energía que se encuentra detrás de nuestros símbolos tradicionales.