Doce años después de su última celebración, Editorial Verbum ha vuelto a convocar el Premio Internacional de Poesía Gastón Baquero en memoria del poeta cubano que fuera una de las voces mayores de la lengua española. Un Jurado compuesto por Jaime Siles (España), Alfredo Perez Alencart (Peru), Pedro Shimose (Bolivia) y Pio E. Serrano (Cuba), entre los 184 libros recibidos de Hispanoamerica y España, acuerda por unanimidad otorgar el Premio a la obra presentada bajo el titulo Todos los cielos del cielo, de la que resulto autor el escritor cubano Ramon Fernandez Larrea. Al otorgar el Premio el Jurado aprecio el uso efectivo de un lenguaje a la vez innovador y heredero de la rica tradicion hispanica; el original tratamiento de su variada tematica, que va desde la intima exploracion de las angustias y el desamparo del hombre contemporaneo hasta una mirada donde la ironia y el humor se dan la mano con la calidez de la ternura.
Éstos son retratos emocionales de los músicos de la isla más sonora del Caribe. Son textos sobre el son, el bolero, la guajira, la rumba, escritos desde el corazón de un poeta que intenta descubrir, en trazos breves y sentidos, la vida, las emociones, el rostro menos visible de un ramillete de hombres y mujeres que han hecho la identidad de un pais, las ramas y las raices de un arbol rico, diverso, que sigue emocionando al mundo.Su autor ha ido contando como fueron llegando a el estos creadores. A algunos les conocio. Otros lo han sorprendido en su distancia.Por eso, nada mejor que lo que anuncia su titulo: alabanzas en yoruba para cada gestor de esos sonidos perdurables, desde el jorobadito Alfredo Boloña, al alma atormentada de Emiliano Salvador.No estan todos los que son. Pasan de fondo los que pudieran faltar, en la extraña prosa de un poeta que sabe agradecer su identidad cubana elogiando, saludando a estos magos como si fueran dioses del panteon yoruba, con la humilde formula con que se invoca una esencia: kabio-sile, para que nos sigan alumbrando en este mundo.Kabiosiles. Los musicos de Cuba apresa todo un panorama ritmico cubano en sus sesenta y un textos. Desde aquel Pepe Sanchez que invento el bolero hasta la gran Celia Cruz. Son, para citar palabras de su autor, en su introduccion Geografia cubana de la memoria: Cuba no es una isla. Los que asi piensan pierden la posibilidad de encontrarse en todos los cielos con Ernesto Lecuona, o con Margarita, delante de Babalu Aye, ese lamento que en voz de Miguelito Valdes hizo bajar la antorcha a la Estatua de la Libertad, cuando por poco se incendia Nueva York con la sangre de Chano Pozo, que olia a tambor despues de muerto. Desde que la Mª Teodora se puso a apilar leña, la geografia cubana es inexacta como el sueño de un niño.