Según se repite insistentemente, en las publicaciones analíticas actuales queda aún por mostrar una gran cantidad de trabajo clínico. Y quizá por eso el presente libro, planteado como una respuesta en toda regla a esa necesidad, no tenga equivalente alguno en la investigacion moderna. El caso es que, hace unos cuantos años, Rosine Lefort analizaba a dos niñas abandonadas por sus familias e ingresadas en una institucion hospitalaria: Nadia, de 13 meses, y Marie-Françoise, de 30. Dia a dia, anotaba todo cuanto sucedia en las sesiones. Como consecuencia, lo que encontramos en primer lugar en el libro es el fiel reflejo de esa relacion, que a su vez permite al lector -como nunca hubiera pensado que podia lograrse- zambullirse en los aspectos mas concretos y la duracion de una analisis infantil. Pero es que aun hay mas. La recuperacion, años mas tarde, de los cuadernos en que se consigno esa experiencia, facilito una lectura mas teorica, etapa por etapa, del caso, y acabo esclareciendo la totalidad de los hechos, es decir, los progresos y los tropiezos de la cura. El resultado final es una fascinante revelacion de la funcion del analista entendido como Otro, de la funcion del espejo y del ingreso en lo simbolico a traves de la experiencia de la carencia, donde acaban revelandose el deseo y su causa. Un libro, en definitiva, que nos hace comprender mucho mejor el modo en que un niño puede llegar o no llegar a eregirse en sujeto.