Un texto breve y apasionante, polemico, en el que se articulan los ejes principales de la gran pintura italiana. Tres protagonistas fundamentales por encima de los nombres más consagrados: Giotto, Piero della Francesca, Giovanni Bellini. Con ellos, Paolo Uccello, Antonello da Messina, Miguel Angel y los grandes veneciados; tambien Caravaggio. La narracion de Longhi rompe los esquemas preestablecidos y se aventura en una articulacion historica original. Si algo le preocupa es mirar las obras y analizarlas en esa mirada: su argumento prescinde de los elementos externos y trata de precisar con rigor los caracteres de su plasticidad
Un texto breve y apasionante, polémico, en el que se articulan los ejes principales de la gran pintura italiana. Tres protagonistas fundamentales por encima de los nombres más consagrados: Giotto, Piero della Francesca, Giovanni Bellini. Con ellos, Paolo Uccello, Antonello da Messina, Miguel Angel y los grandes venecianos; tambien Caravaggio. La narracion de Longhi rompe los esquemas preestablecidos y se aventura en una articulacion historica original. Si algo le preocupa es mirar las obras y analizarlas en esa mirada: su argumento prescinde de los elementos externos y trata de precisar con rigor los caracteres de su plasticidad.En 1914, cuando solo tenia veinticuatro años, Roberto Longhi redacto esta sintesis de la historia de la pintura italiana para uso de los estudiantes del liceo en el que impartia clase. Reproducida en numerosas ocasiones, se convirtio en un texto legendario que solo muchos años despues seria publicado, que ofrecemos en traduccion castellana.Como ha dicho su introductor, Cesare Garboli, aqui esta en embrion el Longhi posterior. Un embrion apasionante y polemico, que se lee de un tiron, casi como si fuera una novela.
«No puede sorprender que, para una peripecia vital tan tormentosa y desgraciada como la de Caravaggio, los historiógrafos del siglo xvii más novelesco y del más romántico siglo xix se las ingeniasen
Non puo sorprendere che, per una vicenda tormentosa e sciagurata come quella del Caravaggio, gli storiografi del Seicento piu romanzevole e del piu romantico Ottocento si industriassero a trasformarne ogni passo, fin dai principi, ad uso di un ritratto spiccatamente popolare (cio che per essi suonava plebeo) e cioe adatto a spiegare la spregiudicata e, si diceva, indecorosa naturalezza dell''artista. Fu cosi che il Caravaggio, gia da ragazzo, in Lombardia, si tramuto in figlio di muratore, in rimestatore di calcine e preparatore di colle per gli imbianchini milanesi. Il resto della sua vita, soprattutto negli anni di Roma, Napoli e Malta, non aveva certo bisogno di esser rinforzato nelle tinte, ma pure non si manco di farlo e persin la sua morte, per ragioni di corrispondenza simbolica, si amo fissare un anno prima del vero.