El desarrollo de la industria petrolera en España, a partir de 1900, revela una trayectoria apasionante, inseparable de los cambios políticos, económicos y sociales que atravesó el país. A pesar de no contar con reservas petroliferas y de un consumo secundario, las primeras iniciativas surgieron en España coincidiendo con el despegue economico del pais y con la preeminencia del petroleo como recurso energetico mundial. Por un lado, de la mano del sector privado, con la entrada de multinacionales como la filial Vacuum Oil y la Royal Dutch-Shell, a traves de la Sociedad Petrolifera Española, o en colaboracion con las españolas Compraflet, Babel y Nervion; y por otro, de las iniciativas nacionales, guiadas por los empresarios Juan March, Horacio Echevarrieta y Demetrio Carceller, figuras tan señeras como controvertidas. Los tres cobraran relevancia a partir de 1927, cuando el ministro de Hacienda Jose Calvo Sotelo fijo para la industria petrolera un monopolio fiscal por el cual el Estado se aseguraba el abastecimiento mediante el control total o parcial del sector. Se creo asi el Monopolio de Petroleos, que limito a una unica compañia, CAMPSA, su distribucion e importacion, con la excepcion de CEPSA, en Canarias. Su larguisima existencia se prolongo hasta su completa desaparicio