En los tiempos revueltos posteriores a la invasión de Persia por los mongoles, Sacdí viajó largamente por Asia Menor, Siria, Egipto e Irak. También visitó Asia central y la India. Durante veinte años convivió en caminos y fondas con los supervivientes de las matanzas: comerciantes, aldeanos, ladrones, mendigos y derviches sufíes... Sacdí predicaba, aprendía y daba consejos. Ya maduro, volvió a su Shiraz natal, donde se le consideraba un sabio. Sus obras más conocids son Golestán o La rosaleda (1258) y Bostan o El huerto (1257). La rosaleda, directamente traducida del persa para esta edición, está formada por diversas narraciones y anécdotas personales. Sus textos combinan la prosa con poemas breves que contienen aforismos, consejos y reflexiones humorísticas. Sacdí se muestra consciente del absurdo de la existencia humana y disfruta comparando el destino de aquellos que dependen de los poderosos con aquellos que aun siendo pobres son libres. A lo largo de sus andanzas, este personaje nos narra sus aventuras y reflexiones con humor y sabiduría. Es un texto imprescindible de la literatura universal, el gran clásico medieval de Irán. La rosaleda es el Quijote persa.
"El Bustan" de Saadi de Shiraz es un compañero de su bien amado Gulistan. Bustan significa "jardín de frutos" y Gulistan "jardínd e flores" y ambos implican, por su título, algo hermoso y refrscante. Recomiendo el sheikh Saadi, no sólo como gran maestro sufí, sino como insigne poeta y narrador de historias que poseen la notable virtud de la simplicidad. Sus relatos se pueden leer por placer y para calmar la profunda sed espiritual que existe en la humanidad. Omar Ali Shah