En el trabajo se acomete la investigación de los talleres escultóricos en madera del gótico final en Sevilla, momento en que se está ejecutando la magna obra de la catedral. El núcleo de la investigacion se ha centrado en la gran empresa escultorica que representa la silleria del coro, verdadero banco de pruebas para un proyecto de tanta trascendencia y repercusion como el retablo mayor, que se convirtio en modelo oficial para las iglesias de la diocesis hispalense. Al compas de los proyectos monumentales surgen los nombres de escultores activos en la Sevilla bajo medieval: Dancart, Jorge Fernandez y Pedro Millan.