Publicada en 1933, "El hombre de los medios abrazos" es la segunda novela de Samuel Ros. Tenida por una de las obras más representativas de la vanguardia literaria española, participa por igual del humor negro (sana tradicion española acaso indebidamente perdida en aras de la presente "modernidad") y de la critica de las costumbres, ofreciendo una vision tan descarnada como fiel de los avatares de un tiempo esencial para comprender los devenires ultimos de la vida española. Inteligente, fino, exquisito en su prosa, Samuel Ros, sobreponiendose al silencio que durante tantos años se cerniera sobre su obra, cautiva al lector de nuestros dias por ofrecer lo que dificilmente se encuentra en la literatura española del presente: imaginacion.
En El ventrilocuo y la muda, Samuel Ros agudiza la exposición de su credo vanguardista, llevando el planteamiento a unos territorios, propios del absurdo, en los que el humor se demuestra la mejor manera de penetrar en la urdimbre social de un tiempo y en las vidas comunes de una epoca. El maridaje intelectual que forman un ventrilocuo (ladron de palabras) y una muda (emisora gestual, factotum ultimo de los robos de palabras) hacen de la novela una aventura intelectual en la que el desdoblamiento, mediante un subrepticio pero elocuente discurso esquizofrenico, lleva a los personajes a una puesta en solfa de los codigos que animan el comportamiento social y la comunicacion verbal. Ahi Ros, con una intuicion sobrecogedora, se adelanta incluso a las mas recientes teorias acerca de la relacion lenguaje -pensamiento-proyeccion social. Novela de tesis de 1930, El ventrilocuo y la muda resulta un fresco costumbrista que trasciende el chato costumbrismo español de otros autores, lastrados por el casticismo. Ros no es castizo. El mas, denosta el costumbrismo apropiandose de algunos de sus presupuestos literarios. Es, sin duda, una novela que entronca con la gran renovacion que del surrealismo se hizo en España en los años inmediatamente anteriores a la Guerra Civil.