En este libro el pensamiento de Juan Pablo II no es tratado según las reglas habituales de interpretación, con algo de lo que se habla, o sobre lo que se discute, o en lo que profundizan los instrumentos de analisis. Por el contrario, es algo de lo que nos dejamos conocer y tocar, por lo que se piensa y con lo que se dialoga: un encuentro y una compañia. Hay algo nuevo que aprender en esta manera, o metodo, de practicar el discipulado y seguimiento, de ser hombre con el hombre, pues tal es la relacion entre padre e hijo, maestro y discipulo, esposos y amigos. El hombre esta en el centro, no de una representacion mental, sino de la realidad y, por tanto, del pensamiento y del afecto. El hombre esta cercano, porque esta en el corazon, de Dios y del hombre, y del Hombre-Dios, quien es situado en el corazon del cosmos y de la historia. la antropologia de Juan Pablo II y tambien la de Stanislaw Grygiel reconducen, desde la periferia de la existencia, a ese centro. El antiguo `itinerarium mentis in Deum` se completa en el `itinerarium Dei in hominem`.
Esposos y santos. ¿Casos extraordinarios? Quizá pensemos mejor en la conjunción adversativa: Esposos, pero santos, o bien: Santos, aunque esposos. Pero no fue esto lo que Cristo anunció en Caná, cuando hizo que sobreabundara el mejor vino. A la santidad es llamado todo el que es de Cristo, y el matrimonio es camino seguro. Santos porque esposos. De entre la multitud innumerable de santos esposos, estas paginas ofrecen diez esposos, una pequeña pero maravillosa muestra: Raisa y Jacques Maritain, Luigi y Maria Beltrane Quattrocchi, Beatos Louis Martin y Zelie Guerin, Maria Santisima y Jose de Nazaret, etc.
Un libro excepcional, fruto de una profunda reflexión antropológica que no elude la pregunta fundamental que nuestra conciencia de finitud hace surgir temblorosamente de nuestros labios: ¿Quién es el hombre? La respuesta, según Grygiel, surge de la experiencia existencial y poética de la comunión entre las personas, del asombro de la contemplación mutua del hombre y la mujer, donde lo humano se supera a sí mismo para mostrar la misma imagen divina.