Hugo M. Enomiya-Lassalle (1898-1990) es uno de los personajes sobresalientes de la historia espiritual del siglo XX. Como jesuita y como maestro Zen, alemán de nacimiento y ciudadano japonés, es un "puente vivo" entre las culturas de Europa y Asia. "El Padre Lassalle es un testigo vivo de lo que enseña y anuncia. Lo considero una de las figuras espirituales más relevantes de nuestro tiempo", ha dicho de él Karlfried Graf Dürckheim. Desde 1929 vivió como misionero en Japón, donde desde el principio intentó dar un rostro japonés al Cristianismo de aquel país. Sobrevivió a la bomba atómica de Hiroshima, el 6 de agosto 1945. La construcción del Templo de la Paz en Hiroshima lo hizo famoso en todo el mundo. Una honda experiencia mística en su juventud lo llevó a la búsqueda de un conocimiento de Dios cada vez más profundo. Desde fines de los años cuarenta estuvo comprometido en el diálogo con los budistas y en 1956 empezó a practicar Zen como jesuita en un monasterio Zen japonés. A partir de 1967, durante más de veinte años, como maestro Zen, introdujo a miles de personas en la práctica del Zen en Europa, ayudando de esta manera a mucha gente a llegar a una experiencia espiritual inmediata. Mientras hacía esto, nunca puso en duda su identidad cristiana. En sus viajes a América del Norte y del Sur, a la India y al sudeste asiático, entró en contacto con gentes y culturas muy diversas. Partiendo de las fisuras y contradicciones del presente, se atrevió a dar el paso hacia una "nueva conciencia", más allá de las fronteras. Sus diarios y otros documentos inéditos forman la base del presente amplio estudio teológico biográfico de la impresionante historia personal de una figura puente en el diálogo entre religiones y culturas.
Maestro zen, jesuita y pacifista, H.M. Enomiya-Lasalle (alemán de nacimiento y ciudadano japonés) es una de las grandes figuras espirituales de nuestros días. Vivió como misionero en Japón desde 1929 y tras sobrevivir a la bomba atomica de Hiroshima, H.M. Enomiya-Lasalle se convirtio en defensor del dialogo intercultural entre el budismo y el cristianismo. Como manifesto en 1987 Yamada Koun Oshi, maestro zen de Kamakura (Japon), de quien fue discipulo el padre Lassalle: El hecho de que los catolicos puedan practicar zazen ha llegado a ser posible gracias a que el padre Lassalle, como pionero, rompio el primer hielo. Su mensaje refleja clramente su pensamiento: el verdadero zen no es contradictorio con ninguna religion, tampoco con el cristianismo. Puede ayudar a cualquir persona a avanzar en su camino. Este es el cautivador retrato de una maestro zen queconmovio y emociono a muchas de las personas con quienes se cruzo a lo largo de su vida. De Interes para Estudiosos del dialogo entre religiones, interculturalidad, practica del zen, y mistica.