Lo que más me sorprendió cuando me enseñaron a mi segundo hijo y lo cogí en brazos fue la total ausencia de sentimientos. Ni amor. Ni cólera. Nada : Jodie esperaba tener una niña. Ya tiene un hijo, de dos años, y un marido, periodista, parco, convenciona
«Lo que más me sorprendió cuando me dieron a mi segundo hijo y lo cogí en brazos fue la total ausencia de sentimientos. Ni amor. Ni cólera. Nada»: Jodie y David, su marido, esperaban tener una niña.
A Sadie Thompson la ingresa su madre en un internado de monjas a los tres años y allí la deja hasta los once, vacaciones incluidas. Un día se presenta con un marido nuevo y la niña convive con ellos un curso. A los dieciocho, en plena época de exámenes, su padrastro la requiere porque la madre está hospitalizada y alguien tiene que cuidar a los perros. La madre muere, dejándole un apartamento y unos considerables ahorros que tenía en secreto, así como una talla de caoba de una Madonna. Concluido el funeral, Sadie le roba un Mercedes a su padrastro y recoge en él a un joven autoestopista que lo primero que le dice es que no debería recoger autoestopistas; pero a ella le cae tan simpático que le regala el Mercedes. Así empieza, a los diecinueve años, la nueva vida de Sadie… y no tardará en descubrir que la solidaridad femenina es callada y marginal, y que los hombres, nada callados y siempre centrales, no son sus amigos.Una nueva novela de la autora de No, mamá, no.