Josio trabaja como vendedor de billetes en una estación de tren de provincias y, como de costumbre, permanece ante la ventanilla absorto en esta labor monótona y cotidiana: escucha las demandas, alcanza los billetes desde un estrecho compartimiento, los slla, los entrega, recoge el dinero y devuelve el cambio. Su principal sueño: viajar, tiene que viajar. No siempre ha sido vendedor de billetes. Estos son los pilares sobre los que Reymont construye esta magnifica novela en la que este Premio Nobel polaco, de estirpe naturalista, alcanza con gran maestria a dotar, una vez mas, a su novela de un escenario mas simbolico que historico y nos permite disfrutar de una verdadera delicia de la literatura centroeuropea.