Durante el bombardeo aliado de Alemania, Hitler estaba más preocupado por la destrucción de los tesoros culturales que por la de los hogares de los alemanes. Notablemente, sus propagandistas difundieron este hecho convencidos de que revelaría no su crueldad, sino su sensibilidad: la catástrofe no consiguió aniquilar su espíritu de artista. Es imposible comprender esta forma de pensar sin entender lo que Wolf Lepenies llama «La seducción de la cultura en la historia alemana». En este fascinante y excepcional libro se analiza la historia de una polémica costumbre alemana: la de valorar los logros culturales por encima de todo lo demás y considerar la cultura como un noble sustituto de la política. Lepenies analiza el modo en que esta tendencia ha afectado a la historia de Alemania desde el siglo XVIII hasta nuestros días, manteniendo que la predilección que tienen los alemanes por el arte es esencial para entender la naturaleza del nazismo, el atractivo estético que esta ideología ha tenido para muchos alemanes y el hecho de que tanto Hitler como muchas personas cercanas a él entendieran el arte como un sustituto de la política. Asimismo, el autor no se ocupa sólo de Alemania, sino también de cómo la obsesión de los alemanes por la cultura, su sensación de superioridad cultural y su desprecio por la política han afectado a su relación con otros países a lo largo de su historia, sobre todo con Francia y con Estados Unidos.
Tres conferencias en las que sintetiza algunos de los temas cruciales de su pensamiento: la postura del intelectual ante los cambios sociopolíticos, la sobreestimación de la cultura en la historia alemana y la complejidad de las relaciones euro-americanas.
Edición a cargo de Dominique Séglard. La figura del intelectual europeo parece atrapada entre la melancolía y la utopía. Se refugia en la primera cuando, las más de las veces, el impulso que siente de mejorar el mundo colisiona con su escasa influencia sobre el poder real. Y cuando logra que el poder le escuche, la distancia entre su conocimiento y la vida práctica le empuja a proponer un mundo imaginario que no suele tardar en corromperse. Su tragedia es que las circunstancias le fuerzan a escoger entre el anonimato estéril y la deriva impositiva. Pero el intelectual es también el hombre capaz de poner en duda la validez de sus propios presupuestos. El prestigioso Wolf Lepenies aborda a partir de estas premisas la pérdida de la fe en los grandes relatos de la historia y su reverso, la asunción de las morales provisionales. Un fenómeno que ha sido clave para superar las ideologías totalitarias y promover algo que para la generación anterior a la suya no era más que otra utopía: conseguir una paz duradera en Europa.