El islam reguló con bastante flexibilidad el estatuto de las minorías. Ello posibilitó la existencia de una notable pluralidad religiosa, en un sistema que combinaba un razonable respeto a las creencias con la segregación espacial que, si por una parte impedía una verdadera integración, por otra era garantía de supervivencia para las creencias minoritarias. Se trataba de una segregación de carácter especializado: algunos grupos particularmente turbulentos o sectarios fueron empujados a instalarse en lugares apartados, desiertos o montañas, mientras que otros, particularmente los llamados «pueblos del libro» -cristianos y judíos- gozaron de particular tolerancia en las ciudades. La presencia europea y, más aún, las independencias han provocado cambios, que fundamentalmente han supuesto políticas de homogeneización religiosa o de exclusión, con una intensa represión de las minorías. Cuando éstas estaban muy cohesionadas, han podido ocupar nichos de poder, como los maronitas en Líbano o los alawíes en Siria. En cualquier caso, las bases tradicionales de convivencia están en quiebra, lo que puede convertirse en un importante foco de inestabilidad política. Esta obra es el más completo estudio de las minorías en la umma, desde las disidencias musulmanas -shiíes en zonas sunníes, jariyíes.-, las sectas -drusos, yazidíes- y las minorías de otras religiones, cristianas, judías y zoroastrianas. En todos los casos, se analiza su distribución geográfica, su evolución en el tiempo y las características de su asentamiento. Ello da una imagen de conjunto de la caleidoscópica pluralidad del islam, aunque esté sometida implacablemente al desgaste de los nuevos tiempos.
El siglo que se acaba -y posiblemente en parte el venidero- es en mayor o menor medida el siglo de las naciones: unas, lo suficientemente maduras como para formar parte de proyectos de integración supranacional; otras, en proceso de consolidación. Pero todas ellas aún esenciales, tanto para dar contenido a los procesos de integración como para, en el interior de ellas, organizar el espacio físico y armonizar la convivencia. ¿Cómo han afectado estos instrumentos de organización social a universo, el musulmán, que por una parte está dotado de una ideología universalista y por otra no han contado con los factores -geográficos, étnicos o socioeconómicos- que favorezcan la construcción nacional? Las naciones del Profeta aborda la cuestión desde la perspectiva de la geografía humana -desde el papel de las ciudades hasta la ocupación del territorio, el nomadismo y los grupos religiosos y étnicos- para poner de relieve las dificultades y bazas de las distintas construcciones nacionales. Dividida en tres grandes secciones -el Mashrik, el Magreb y el mundo turcoiranio- esta obra monumental es, y seguirá siendo durante mucho tiempo, la más importante aportación al estudio en profundidad de la geografía política y humana del mundo musulmán.