El relato de veinticuatro viajes... más uno que no es y lo es. El veinticinco. Veinticuatro viajes a lugares repartidos en los cinco continentes y que han sido realizados a lo largo de unos doce años.Cada uno esta narrado a una hora del dia que puede ser considerada como una hora perfecta para ese lugar. Estan relatados desde la experiencia y punto de vista de un viajero. Son relatos en primera persona, pero, en realidad, son dos personas las que estan implicadas: el viajero narrador y una mujer, ella, que le acompaña en cada viaje.Todos son viajes reales y posibles de realizar, si bien algunas zonas son hoy imposibles de recorrer debido a los conflictos belicos o politicos. Estan descritos desde un lugar especifico, un bar, una esquina, un banco, un puente, una orilla... donde el viajero saca su libro de notas y escribe lo que ve, lo que ha visto o lo que vera. Desde este punto de vista es una guia, pero no de las que sirven para obtener informaciones utiles como hoteles u horarios de trenes, pues nada tiene que ver con la logistica imprescindible para viajar. Aqui el lector y viajero virtual conectara cada lugar con poesia, cine, narrativa, teatro, pensamiento, sensaciones y ese apresar las cosas segun vienen, en palabras de Magris, que enriquecen la experiencia de la lectura y del viaje real.Viajar es una actividad que se situa entre lo poetico y lo politico. Tiene algo de esas dos acciones, pero no es ninguna de ellas. Y como aquel gemelo que Einstein enviaba al espacio en sus experimentos mentales, al regresar uno no es el mismo..., aunque no necesariamente mejor. Ese es el riesgo y el placer.Ch. Dickens decia que si a uno le gustan los viajes efectuados, si habian sido bellas e importantes experiencias, tal vez puedan serlo para otros. Escribir sobre viajes (probablemente toda escritura) es, al final, un acto de amor..., aunque no deba ser o no sea necesariamente correspondido, lo cual tambien con frecuencia ocurre en el amor, el otro amor.No hay respuesta para el asombro, decia L. Wittgenstein.
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