NICOLÁS CUÉLLAR, EL PINTOR DE SAN MIGUEL DE ALLENDE

«Encuéntrame en el tiempo y dame tu pensamiento».

Nicolás Cuéllar, el gran artista de San Miguel de Allende, nos muestra en estas páginas su alma y su obra a través de una narrativa viva, llena de detalles, con múltiples escenas de su vida y anécdotas repletas de humor. El hilo conductor es su sensibilidad exquisita y su creatividad desbordante, el amor por su familia y su patria, su etapa como migrante entre las vías del tren, y su llegada a San Carlos, al Instituto Allende y a la Escuela de Arte del Brooklyn Museum de Nueva York, con la ilusión expectante de un joven que desea nutrirse del universo del arte.

Habla de sus maestros, del «Club de la Llave», de su contacto presencial o en retrospectiva histórica y cultural, con figuras de la pintura universal como Diego Rivera, Tamayo, Chávez Morado, De Chirico, Van Gogh, Magritte, Pollock, Kooning, Picasso, entre otros.

El genio del arte que bullía en su interior, así como el calor y el color de su tierra —con su gente, historia, fiestas y tradiciones—, fueron su inspiración permanente, sin menoscabo de su libertad como artista, que le abrió horizontes diversos (multitemáticos) dentro de un original surrealismo mágico y expresionista. Descubrimos su férreo rechazo a la guerra, su denuncia de dramas tan acuciantes e injustos como Se busca viva o muerta, en torno a mujeres desaparecidas, o Lucha de titanes, una clara referencia a problemas de género. No deja de lado sus temas góticos y religiosos, históricos y urbanos, sus autorretratos en Los juegos de Nicolás y su producción «amorfa» y abstracta, que en conjunto lo revelan como un pintor genial, lleno de originalidad: un monstruo de la pintura, como lo llamó Diego Rivera al conocerlo.