El carácter intemporal y universal de la forma y su permanencia en el tiempo a través del diseño popular ofrece un nuevo acercamiento a la identidad y al sentido de lo humano, planteada en esta tesis desde el caso abulense. El lenguaje de la forma, la escultura, se presenta así como un proceso creativo innato y necesario de nuestra naturaleza, capaz de permanecer en el tiempo como testigo y conexión de personas más allá del tiempo y el espacio. Este es el sentido de estas tesis que parte de un espacio concreto, Ávila, para ofrecer unas conclusiones con repercusiones universales al plantear un viaje al sentimiento, la emoción y la racionalidad desde la contemplación reflexiva que nace con la necesidad del universal proceso creativo. Dos momentos marginales respecto de la tradicional concepción artística oficialmente aceptadas son los elegidos para desarrollar este trabajo por permitirnos acercarnos a la esencia de conceptos como identidad, supervivencia y creación. Hablamos del primitivismo que cronológicamente nace con los primeros gestos plásticos del ser humano hasta la integración de la cultura desarrollada en estas tierras dentro del contexto más amplio y dirigido de la romana. Como disciplina artística, la escultura permite una mirada diferente a la científica, capaz de estudiar elementos de indudable valor artístico por su belleza, concreción, poesía expresividad de la forma, la materialización de azar e intención... Aspectos que transforman aparentes objetos anodinos, más allá de su valor histórico y testimonial, en fuentes de contemplación, conocimiento y disfrute artísticos que superan incluso la inicial validez funcional en aquellos casos en los que así la hubo. Hablamos de la vitalidad que podemos percibir desde su presencia como elementos artísticos. Estamos condicionados por nuestra propia actitud cultural a la hora de contemplar un objeto. Somos herederos del clasicismo, pero también de una identidad menos reconocida y transmitida, entre otros, por manifestaciones como el arte popular que surgió con las primeras manifestaciones artísticas y que se ha mantenido hasta nuestros días. Es, por lo tanto, el estilo artístico de mayor presencia en cualquier cultura cuya esencia creativa ha conservado el mismo sentido arcaico y primitivo que poco a poco hemos ido olvidando para volver a buscarlo desde la contemporaneidad. Tres caminos temáticos complementarios nos llevan a profundizar en el tema hasta llegar a las conclusiones finales: Materiales y técnicas, temática y aspectos formales. En todos ellos se profundiza en la esencia íntima común tanto a lo primitivo y a lo popular como consecuencia de las particulares relaciones humanas de ambos momentos en relación al ambiente natural y también al económico-social caracterizado por una economía de autoabastecimiento. En lo cultural, la inusual adquisición de materiales y elementos que podemos denominar como «exóticos» aportarán protagonismo ornamental y simbólico, en contraste con el trabajo más habitual condicionado por la asequibilidad de materiales y el mayor desarrollo de sus técnicas vinculadas, que influidos también por una temática común, vinieron a producir resultados formales característicos, incluso transmitidos por tradición y buscados por el autor en cada nueva creación.La facilidad de técnicas como la incisión o el grabado, pero también la sencillez y contundencia de algunas formas provocan una asimilación más rápida y profunda en el inconsciente formal. Estas características condicionan una concepción formal que camina con cierta soltura entre los ámbitos de la abstracción y la figuración, sin llegar nunca a niveles altos de realismo y que en algunas ocasiones adquieren un protagonismo en su ...