Alfonso Serrano Gómez, después de casi cincuenta años en la Universidad, ha sido testigo de cómo la selección del profesorado ha ido deteriorándose, especialmente a partir de la Ley de Reforma Universitaria (LRU) de 1983. Tras veintiun libros y mas de centenar y medio de articulos y capitulos de libro sobre Derecho penal, Politica criminal, Criminologia, Derecho procesal, Constitucional tambien se ocupo de la corrupcion en la Universidad, cuestion a la que vuelve en el presente estudio debido a la nueva Ley sobre la Universidad que no resuelve los problemas que aqui se tratan, y crea otros.Lo que se recoge en este trabajo es de sobra conocido por la comunidad universitaria, por lo que va dirigido a los estudiantes, sus padres y a quienes puedan interesar los entresijos de la Universidad. Dificilmente puede entender que, para conseguir una plaza de profesor universitario, no se exija al concursante una prueba oral en la que demuestre que conoce la asignatura de la que pretende ser docente. Ademas, el y sus compañeros de Departamento pueden influir, o incluso decidir, quienes seran los profesores que formen la comision que les va a juzgar en el concurso.Las oposiciones y concursos al profesorado de la Universidad de siempre fueron conflictos, llenos de intrigas, presiones, arbitrariedades y corrupcion. La situacion en cuanto a las exigencias a quienes se presentaban a oposiciones o concursos desde la LRU se han ido diluyendo. Con anterioridad, para ser Catedratico habia que superar seis ejercicios. Uno de ellos consistia en la exposicion oral ante el tribunal -normalmente durante una hora- de una leccion del programa de la signatura sacado a suerte. A los Profesores Adjuntos (mas tarde Titulares), tambien se les exigia conocer la asignatura. Desde la LRU esa prueba oral ha desaparecido de los concursos, aunque en algunas universidades se ha mantenido. La nueva Ley Organica del Servicio Universitario (LOSU) de 2023, no mejora la situacion, por lo que no hay perspectivas de cambio.Son los profesores los que dan prestigio a la Universidad, por eso hay que elegir a los mejores. Sin embargo, en España, hace cuarenta años, en plena democracia, se inicio un sistema lleno de arbitrariedades y corrupcion para seleccionarlos, que se mantiene. De ahi la deficiente clasificacion de nuestras universidades en los rankings internacionales.
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