La Málaga, y también la Barcelona, y el ancho mundo de finales de los cincuenta y primeros años de los sesenta. Estos son el arco temporal y el medio en el que se suceden los hechos de los que aquí se dara cuenta. No fueron pocos los hijos de "familias bien" que se acusaron en confesion de haber pecado de pensamiento, palabra y obra tras haber contemplado el baile de una gitana en flor en las calles y plazas de la capital malagueña. Incluso hubo muy distinguidos señoritos que rondaron tras la troupe de gitanos faranduleros y saltimbanquis a la que Mumeli, la joven gitana bailaora, pertenecia, para verla mas veces y empaparse de su belleza y sensualidad. Estas noticias -secretos robados a los confesionarios- llegan al Obispado y es el Obispo de la Diocesis Malacitana quien da la orden al brazo secular de traer al palacio obispal a la troupe del Gitano (el de la Trompeta Abolla), de nombre Dedalo Herenio, el padre putativo de la gitana en flor, para que monten su espectaculo en el patio del palacio con la finalidad de calificarlo moralmente. A todo esto, el Antoñillo, un joven payo que vive en una finca destechada y declarada oficialmente en ruina de la calle Agua (sector de la Victoria, Malaga capital) y que, tras fracasar en los estudios, hace por ganarse la vida trabajando como estibador se esta acercando a la troupe de los gitanos, que se ha instalado en el Lejio (Ejido: sector de Capuchinos, Malaga capital), con la intencion de hablarle a la gitana tras obtener el preceptivo permiso de su padre, el mentado Gitano de la Trompeta Abolla. Y ya casi lo ha conseguido, pero el obligado baile de la gitana ante el Obispo va a desencadenar una serie de hechos bastante tremendos que anunciaran un final mas tremendo aun.Aviado con esta urdimbre, a la que le faltan algunos hilos que no mostraremos en estas lineas, el narrador ensaya una reflexion sobre los elementos que se afirman en la memoria, y hace por distinguirlos unos de otros: Aquellos que uno se afana en no olvidar, porque los presume con una carga especial de autenticidad vital; los que surgen de improviso convocados por sensaciones y experiencias (por el toque de una trompeta, como en el caso que aqui se cuenta); y los que la misma evocacion complementada con la imaginacion va afirmando como hechos de percepcion con entidad propia.A lo largo de estas paginas el lector podra vivirse en el ambiente de una posguerra casi cancelada, mas postergada que superada, que preludia el advenimiento de la campaña de los "veinticinco años de paz", enarbolada que fue por el regimen franquista como justificacion de sus origenes y su pervivencia; y podra tambien presentir la naturaleza del dificil legado que los vencidos y los marginados del regimen nacional-catolico habian de trasladarle a sus deudos, muy frecuentemente en situaciones de una extrema indigencia, dulcificada a veces por algunos momentos "azules" como los que aqui se evocan.Y estos son algunos de los hilos trenzados con los que se tejen las tramas de estas historias que aqui se cuentan en un dialogo entre un testigo y protagonista de estos hechos metido a escritor en primera persona, que a veces se confunde con una tercera (porque aun no se da mucha maña), y ustedes mismos, que tambien podran ser encantados por la gracia de Mumeli, la gitana en flor, y por las artes y la humana condicion de su castigada compaña, los actores de este largo desahucio, que tanto dura.
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