Yegen es un pueblo alpujarreño, plácidamente recostado en una suave ladera rugosa, arañada por limpios regatos de aguas cantarinas, gratas al paladar. En él vivió Brenan varios años, entre 1920 y 1934, en busca de sí mismo, arrebatado por la sencilla espontaneidad de las gentes que lo pueblan. Las palabras, los gestos, los ruidos, el trajín, las creencias y costumbres de tipo folklórico, todo lo anota minuciosamente Brenan, lo contrasta, se documenta, se deja empapar día a día. El resultado es este libro, un libro curioso, en el cual admiramos tanto el primor con que están descritos los tipos y sus maneras y el marco en que se mueven como las originales interpretaciones que el autor hace de cuanto observa. Podemos decir que tenemos ante los ojos una valiosa monografía antropológica servida con un lenguaje transido de emociones. De ahí que el libro resulte incitante, así para quien busque la lectura placentera como para quienes pretendan una iniciación en el trabajo de campo antropológico. No hay preocupaciones academizantes en esta obra, y, sin embargo, constituye un singular punto de arranque en cuanto a una nueva manera de investigar el modo de vida de una comunidad. Gerald Brenan nació en Malta en 1894. Vivió en España desde 1919 hasta su muerte (1987). En sus libros (El laberinto español, Historia de la lite...
Ficha técnica
Traductor: Eduardo Chamorro, Jesús Villa
Editorial: Siglo Xxi
ISBN: 9788432301230
Idioma: Castellano
Número de páginas: 334
Encuadernación: Tapa blanda
Fecha de lanzamiento: 24/01/2001
Año de edición: 2001
Plaza de edición: Madrid
Alto: 18.0 cm
Ancho: 10.5 cm
Peso: 216.0 gr
Especificaciones del producto
Escrito por Gerald Brenan
Gerald Brenan (1894-1987), autor de obras fundamentales para entender la España contemporánea, desde las penumbras rurales hasta el advenimiento de la democracia, como El laberinto español, La literatura del pueblo español, La faz de España y Al sur de Granada, es considerado el hispanista más reconocido por su caleidoscópico y original enfoque hacia nuestro país. Su vida, marcada por un espíritu erudito y bohemio, osciló precisamente entre dos mundos en contraste: la rígida y clasista Inglaterra de principios del siglo XX, de la que huyó tras combatir en la Primera Guerra Mundial, y su descubrimiento de España, en especial Andalucía, que se convertiría en su refugio y tierra de adopción. Este encuentro le permitió desarrollar una visión única sobre la cultura, historia y sociedad españolas.