Confucio (551-479 a. C.), el gran sabio de la antigua China, vivió en una época política y socialmente turbulenta. Miembro de la pequeña nobleza tradicional, pensó en conseguir para su país estabilidad y orden. El gobernante ideal para el Estado ideal, según Confucio, sería el hombre que llega a ser virtuoso a través de la cultura, el conocimiento y el ejercicio de la virtud. En sus viajes por todo el país Confucio arrastró tras de sí a unos 3000 discípulos, que se encargaron de redactar sus diálogos con el Maestro y propagar sus ideas por toda Asia. Estos escritos se compilaron bajo el título de Analectas, convirtiéndose en el texto de referencia del confucianismo. Para Confucio, el amor al estudio, los valores humanitarios y la integridad son los medios necesarios para el perfeccionamiento personal y la armonía social. Sin duda, estas enseñanzas contienen una filosofía práctica, para la vida, que tiene vigencia todavía hoy. Analectas. el manga, ambientado en el siglo XXI, convierte esta obra clásica del pensamiento en una auténtica guía de sabiduría para lectores de todas las edades.
Ficha técnica
Traductor: Marta E. Gallego Urbiola
Editorial: La Otra H
ISBN: 9788416540600
Idioma: Castellano
Número de páginas: 400
Tiempo de lectura:
9h 32m
Encuadernación: Tapa blanda
Fecha de lanzamiento: 13/02/2020
Año de edición: 2020
Plaza de edición: Es
Colección:
la otra h. El manga
la otra h. El manga
Serie/Saga: Manga
Número: 0
Alto: 16.3 cm
Ancho: 12.1 cm
Grueso: 2.1 cm
Peso: 326.0 gr
Especificaciones del producto
Escrito por Confucio
Confucio, la forma latinizada de Kong Fu Zi (maestro Kong), es el sobrenombre de Kong Qiu, letrado del Estado de Lu que fue conocido a partir de su adolescencia como Kong Zhong Ni. Originario de Zou, en la actual provincia de Shandong, según la tradición china nació en el año 551 a. C. —uno después de Buda— y murió en el 479 a. C. —ocho antes del nacimiento de Sócrates—. Miembro de la pequeña nobleza, sirvió durante mucho tiempo a su príncipe, pero luego se exilió durante trece años y se dedicó a instruir a sus discípulos, quienes, tras su muerte, recopilaron sus enseñanzas, que se han convertido en los fundamentos de un sistema filosófico vigente aún hoy.