BAJO UN BLANCO SUDARIO. PONTEVEDRESES EN LA DIVISION AZUL

Con las heridas de la reciente Guerra Civil aún sin cicatrizar, al toque del clarín de guerra, en julio de 1941, varios cientos de vecinos de nuestra provincia se alistaron para combatir en Rusia, formando parte de la “División Azul” al lado de las tropas de Hitler. Con el presunto propósito de vengar viejas maldades provocadas por el comunismo internacional, algunos buscaban defender sus principios ideológicos, por prosperar profesionalmente lo hicieron otros, por tapar antecedentes poco afines con el nuevo estado de cosas algunos, por afán de vivir una gran aventura unos cuantos más, por intereses meramente económicos la mayoría… Así, muchos pontevedreses, en su mayoría muy jóvenes, se alistaron con la esperanza de un regreso triunfal y rápido, encaminándose de inmediato a las inmediaciones del frente establecido en torno a la ciudad de Leningrado. Sin embargo, esa victoria nunca llegó; muchos perdieron la vida, otros tantos regresaron con la salud maltrecha, cuando no con una profunda desilusión hacia el régimen que los había enviado, y casi todos vieron truncado su futuro de vida.