DOSSOLES - 9788496606395
En la ciudad de Burgos de la primera mitad del siglo XV, que coincide con el largo reinado de Juan II de Castilla (1406-1454),el papel hegemónico no fue detentado por la nobleza laica, sino por la oligarquía urbana. Un patriciado urbano que había recurrido al apoyo del monarca y utilizado hábilmente las ventajas del poder político que le proporcionaba la acumulación permanente de cargos municipales. El competidor más directo de este patriciado urbano no fue la alta nobleza, escasa en Burgos, sino el clero, sobre todo el alto clero secular y regular poseedor de cuantiosos bienes y rentas. Se hace evidente, en este período, que el patriciado mercantil urbano, enriquecido por el comercio internacional, proyecta su poder económico en el campo, mediante la creación de mayorazgos de base latifundista por compra de señoríos y de vasallos, y por otra parte, la Iglesia inicia un capítulo de concentración de la propiedad territorial, especialmente con la consolidación de los patrimonios episcopal y capitular y de forma colateral, también, con el fortalecimiento de los patrimonios monásticos. En estas circunstancias, la familia Cartagena es el exponente de buena armonía entre el poder civil y el religioso, entre clérigos y laicos. Este linaje converso mantendrá un notorio protagonismo durante toda la primera mitad del siglo XV en Burgos y actuará de catalizador entre los otros dos poderes señalados, el eclesiástico y el civil en la ciudad castellana, cuyo devenir es analizado en el presente estudio y con el que la ciudad burgalesa se interna con paso seguro en el período más esplendoroso que haya alcanzado en todos los tiempos.
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Escrito por ISAAC RILOVA PEREZ
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