La caligrafía es mucho más que una forma de escribir; es una herramienta clave en el desarrollo de habilidades importantes como la motricidad fina, la memoria y la concentración. Escribir a mano estimula el cerebro de una manera única, favoreciendo el aprendizaje del lenguaje y ayudando a los niños a dominar los trazos necesarios para escribir con fluidez. Practicar los números, las letras en mayúsculas y minúsculas, y desarrollar la destreza en los trazos son pasos esenciales hacia la escritura corrida.