De Ana Obregón a Francisco Rivera, de Sara Montiel a Lolita, de Antonio Banderas a David Bisbal o a la Infanta Elena, estas cartas de ajuste son un muestrario de oro de nuestros famosos nacionales, unos folios con malicia literaria donde suelo entrar a matar con la dinamita de la metáfora o el estoque del adjetivo, siempre entre el terrorismo y el lirismo, que es lo mío, según escribe el propio Ángel Antonio Herrera.