Tito era un gusanito al que le gustaba mucho ir al colegio. Cada día, al volver a casa, les contaba a sus papás lo que sus amigos y él habían aprendido, pero poco a poco fue descubriendo que todos en su clase tenían una habilidad especial..., menos él.
Después de muchos años dedicándose a las animaciones infantiles, Raquel Sánchez Ortiz ha pasado de contar cuentos a escribirlos, con la idea de transmitir mensajes de respeto y amistad a los niños de hoy, que serán los adultos del futuro. Porque le gustaría contribuir, aunque fuera un poquito, a que el mundo sea un lugar más amable.