Todos nos quejamos de que hay cosas en nuestra sociedad que están mal, pero pocos o ninguno aportan soluciones a los problemas, y mucho menos si estos afectas a los ciudadanos de forma integral o son sistémicos. En este ensayo, realizado ya hace algunos años, aporto una alternativa real a esta sociedad incómoda, injusta e incapaz de regenerarse. Queda claro que los gobiernos, bajo el sistema imperante, no tienen más remedio que mantener ocupada a la población lo mismo fabricando productos perecederos que agotan a la naturaleza misma, como entreteniéndolos con un ocio que no hace sino destruir el medio que nos soporta.
Las leyes que existen son muchas, y la mayoría de las veces son injustas. Leyes que están elaboradas por gobiernos sin escrúpulos para que favorezcan intereses espurios que no solucionan el problema social de fono, sino que lo agravan. No importa si nos referimos a las dictaduras de izquierdas o de derechas, a las monarquías o a las democracias en culesquiera de sus formas, todos los sistemas políticos han fracasado estrepitosamente porque siempre han servido a alguien: una persona, una idea caduca, una estirpe o un grupo de poder que ha usado a los partidos políticos para dirigir el país sin tener que dar la cara. Ninguno de estos sistemas ha satisfecho las expectativas de los ciudadanos, y, lo que es peor, se han olvidado de lo más importante: del Hombre.
Es necesario un sistema alternativo que no solamente proteja y defienda el medio natural que nos sostiene, sino también un sistema político-social que considere al Hombre como el centro de la creación en nuestro planeta, aunque por ello mismo responsable de velar por el resto de la vida que contiene. Un sistema que considere al Hombre en todas sus vertientes desde que nace: con cuerpo, alma y espíritu. Un sistema, en fin, que garantice desde la misma concepción que nadie, absolutamente nadie, carecerá de lo necesario para sobrevivir y desarrollarse, que tendrá sanidad garantizada, alimentación, vivienda, educación y seguridad, y que será él mismo, cada persona, quien conforme a sus capacidades basará su existencia, desarrollando las cualidades que le hacen único e imprescindible en la creación misma.