Somptueux divertissement poético-militaire, pièce historique qui rappelait à la fois Les Trois Mousquetaires et le monde des précieux, drame en vers d'une ahurissante virtuosité où parut revivre le meilleur de Ruy Blas, Cyrano conquit sans peine un public lassé du théâtre d'idées, qu'enflamma le patriotisme culturel de l'auteur. « Ainsi, il y a un chef-d'œuvre de plus au monde », écrivait Jules Renard le soir de la générale. Il faut sans doute en rabattre un peu, mais un peu seulement : bien que né dans le sérail de la plus bourgeoise des bourgeoisies, Cyrano demeure la plus grande réussite de théâtre populaire à ce jour connue et le dernier acte, avec son couvent et ses feuilles mortes, est aussi émouvant qu'un finale de Verdi.
Ficha técnica
Editorial: Gallimard
ISBN: 9782070409310
Número de páginas: 464
Encuadernación: Tapa blanda
Fecha de lanzamiento: 01/01/1999
Año de edición: 1999
Plaza de edición: España
Colección:
Folio Classique
Folio Classique
Número: 003246
Especificaciones del producto
Escrito por Edmond Rostand
Edmond Rostand, hijo del economista y escritor Jean Rostand, nació en Marsella el 1 de abril de 1868. En 1888 escribió su primera obra de teatro. Estudió la carrera de derecho, pero nunca llegó a ejercer como abogado. Se casó en 1890 con Rosemonde Gérard, quien también escribía poesía, y tuvieron dos hijos. En 1915, Rostand dejó a Rosemonde por la actriz Mary Marquet, el último amor de su vida. Edmond Rostand alcanzó su primer éxito en 1894 con la obra en versoLes Romanesques,, pero el triunfo absoluto le llegará en 1897 conCyrano de Bergerac. En 1901, fue elegido miembro de la Académie Française, y empezó a escribir su nueva obra,Chantecler, que no se estrenaría hasta 1910. Rostand había trabajado en ella durante muchos años y se debía convertir en la culminación de su carrera. Pero aunque no es un fracaso absoluto, la obra no convence al público. Desde entonces, sus nuevas obras no llegan a los escenarios, aunqueCyrano de Bergeraccontinúa siendo representada sin interrupción. Durante la Primera Guerra Mundial, Rostand se implica de muchas maneras en la defensa de los soldados franceses y pasa incluso unos días en el frente. El 2 de diciembre de 1918 muere en París, víctima de la epidemia de «gripe española» que azota Europa.