Luis Manuel regresa a Cuba en el verano de 2009 para tantear el mundo que dejó, la ciudad que amó y construyó en Habanecer. Frente a él, la isla en peso, con la plenitud de sus ruinas, en la que hoy vive y se desvive por seguir viviendo la Revolución. La Cuba que visiona el autor a su vuelta del exilio es un país surreal que delira y camina entre un porvenir de estrecha ortodoxia y un presente dicotómico, el patria o muerte y su cada vez más susurrante venceremos. Satírico, con un humor cercano y fresco, nada melodramático, irónico, con disparos certeros de elocuencia y asientos de afilada erudición, el autor nos conduce a través de los pasajes de este diario en los que se paladea el sabor de una realidad que se cansó de soñar, que agotó su sueño. La Habana es una de las ciudades más amadas de la Tierra. Ella desgrana contra el mar la sintonía de una pelea perdida, de una batalla eterna. Hijo de esta ciudad, el autor se habanizó hace años, y habanece otra vez ahora, sin sal en los ojos, en medio de una saudade llena de rigor y anclada al cariño hacia un país que siempre deja huella. Y duele tocar cada cicatriz. Duele desabrazarse.
Ficha técnica
Editorial: Mono Azul Editora
ISBN: 9788493646998
Idioma: Castellano
Número de páginas: 308
Tiempo de lectura:
7h 19m
Encuadernación: Tapa blanda
Fecha de lanzamiento: 22/03/2010
Año de edición: 2010
Plaza de edición: Sevilla
Especificaciones del producto
Escrito por Luis Manuel García Méndez
Luis Manuel García Méndez (La Habana, 1954) es escritor, editor y periodista, ha publicado una docena de libros: los poemarios Un asombro pendiente (1994, 1996) y Utopiario (2002); los libros de cuentos Los amados de los dioses (1987), Los forasteros (1988), Habanecer (1993, 2005) y El éxito del tigre (2003); la novela El restaurador de almas (2002) y el volumen de no ficción Diario Delirio habanero (2010), entre otros. Ha dictado conferencias en once universidades de Cuba, México, Brasil, Alemania, España y Suiza. Unos ochocientos textos periodísticos y literarios suyos han aparecido en publicaciones periódicas, selecciones y antologías de ocho países, traducidos a seis idiomas. Fue jefe de redacción de la revista Encuentro de la Cultura Cubana hasta su último número.