El Pequeño Saúl no es un pirata como los demás. Es más bien bajito, le gusta repartir dulces y tiestos con flores, se ha tatuado un conejo en el brazo y prepara un pastel de piña delicioso. El Pequeño Saúl está hecho para cantar canciones de mar, no para blandir una espada. Hacerse el duro no va con el. En la Escuela de Piratas aprendió que para los piratas solo hay tres cosas importantes: su barco, hacerse el duro y acumular tesoros. Intenta demostrar que para el tambien son cosas fundamentales, pero el resto de piratas de El Calamar Oxidado no tarda en darse cuenta de que el Pequeño Saúl es diferente. Despues de decidir deshacerse de el a la manera más pirata posible, lanzándolo por la borda, se darán cuenta de que con sus propias habilidades el Pequeño Saúl era tambien un pirata importante para la vida en el barco. Tocará ir entonces a su rescate.