Mi madre estaba allí. Vestida de negro unánime. Viva. Ya no muerta. ¿Era posible? No. No era posible. De ninguna manera. No era mi madre esa señora. No podía serlo. Y luego ¿qué había dicho al verme? ¿Me creía, pues, muerto? Escalas melografiadas por su autor, es un texto, que, al margen de la discusión entre los exégetas por establecer un canon sobre su creación y analizar las necesidades que empujaron a Vallejo a escribirlo en 1923, es secundaria frente a la importancia de que se editen nuevamente en España. Creo que Vallejo fue, junto con José María Arguedas, uno de los pocos autores peruanos que buscó una verdadera escritura literaria que lograse separarlo de la realidad que lo oprimía para ser un hombre libre. No a través del cinismo, sino del grito, del desgarro. del prólogo de Patricia de Souza.
Ficha técnica
Editorial: Ediciones Barataria
ISBN: 9788495764997
Idioma: Castellano
Número de páginas: 120
Tiempo de lectura:
2h 46m
Fecha de lanzamiento: 27/05/2016
Año de edición: 2016
Plaza de edición: España
Colección:
Humo hacia el sur
Humo hacia el sur
Número: 4
Alto: 12.0 cm
Ancho: 19.0 cm
Grueso: 7.0 cm
Peso: 80.0 gr
Especificaciones del producto
Escrito por César Vallejo
César Abraham Vallejo (Santiago de Cucho, Perú, 1892- París, 1938), considerado como uno de los mejores poetas de Perú, escribió también obras narrativas, las cuales presentamos en este libro. En 1913 ingresó en la Universidad de La Libertad (Trujillo), donde se graduó como bachiller con una tesis sobre el Romanticismo en la poesía castellana. Por aquellos años se asoció al denominado grupo “Norte”, entre cuyos integrantes estaban Antenor Orrego, Macedonio de la Torre y Alcides Spelucín, entre otros. En 1918 viajó a Lima para estudiar un doctorado en la Facultad de Letras de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y ese mismo año publicó su primer libro, titulado Los Heraldos Negros. En 1920 fue encarcelado durante tres meses por un desafortunado incidente, un periodo en que escribió Escalas melografiadas, cuya característica principal, según los críticos, es su “prosa desgarradora”. El autor, considerado el máximo representante del Vanguardismo en su país, viajó después a Europa, en 1923, y visitó París, Madrid, Moscú, Budapest, Bruselas y Berlín. Finalmente se asentó en el continente, donde vivió quince años, y se casó con la francesa Georgette Philipard. Lejos de su país escribió Rusia, Reflexiones al pie del Kremlin (1931), Tungsteno y una obra de teatro llamada Lock-out. Vallejo careció de recursos económicos en Europa; al principio vivió de los artículos periodísticos y ensayos que enviaba a distintas revistas. Al respecto, Luis Alberto Sánchez escribió: “Europa fue terrible para Vallejo. Un hombre como él, todo sensibilidad, sencillez y contemplativo ocio, sin inquietudes políticas, generoso y discurridor, no tenía qué hacer”.