Y es que, como Instituciones de Inversión Colectiva, los Fondos de Inversión Inmobiliaria canalizan el ahorro de una colectividad de sujetos hacia la inversión en bienes inmuebles de naturaleza urbana, permitiendo al pequeño y mediano inversor no solo acceder al mercado inmobiliario, sino también diversificar riesgos y disponer de una gestión profesional de la inversión realizada. Pero, además, y dado que el objeto de estas Instituciones consiste en la inversión en inmuebles urbanos para su explotación en alquiler, cabe advertir en ellos un privilegiado instrumento para impulsar el sector del arrendamiento urbano en general y de la vivienda en particular. A este respecto, de todos es sabido que España se encuentra dentro de los países de la Unión Europea en los que existe menos vivienda en alquiler frente a la alternativa en propiedad. Sólo un 11% frente al 40% de media en Europa. Los Fondos de Inversión Inmobiliaria, cuyo objeto es la inversión en inmuebles con destino al arrendamiento, pueden contribuir a superar ese desfase.