La presente obra se centra en la fundamentación racional de una ética positiva de la libertad. Según el autor, la economía puede ciertamente contribuir en gran medida a la defensa de la libertad individual, pero no es capaz de implantar por sí sola una auténtica filosofía política. Para emitir juicios políticos se requieren juicios de valor, por lo que la filosofía política es necesariamente ética y, por tanto, es preciso implantar un sistema ético positivo para poder defender con sólidos argumentos la causa de la libertad. La clave de esta teoría ética es la clara delimitación de los derechos de propiedad, que el Autor realiza en la línea clásica del derecho natural, y concretamente el derecho que la persona tiene a poseerse a sí misma y disponer de su ser y todo aquello en que imprime el sello de su acción. Sobre esta base analiza problemas éticos fundamentales como los derechos de los niños, la genuina teoría del contrato como transferencia de títulos de propiedad, las espinosas cuestiones de la aplicación de la ley y el castigo, y muchas otras. Particular interés reviste su análisis y crítica pormenorizada del Estado «como enemigo innato de la libertad y, por tanto, de la ley genuina». Para aclarar su propia visión, Rothbard analiza algunas teorías «liberales» alternativas (concretamente, las de Berlin, Hayek y Nozick). Su conclusión es que no basta con reducir el Estado a la expresión del «Estado mínimo» según la fórmula del liberalismo clásico, sino que es preciso organizar la convivencia sobre unas bases «libertarias» totalmente nuevas que parten del rechazo de toda justificación ética del Estado como poder coactivo y monopolista.
Ficha técnica
Editorial: Unión Editorial
ISBN: 9788472094802
Idioma: Castellano
Fecha de lanzamiento: 01/10/2009
Año de edición: 2009
Plaza de edición: Madrid
Especificaciones del producto
Escrito por Murray N. Rothbard
Cuando Murray Rothbard escribió Ciencia, Tecnología y Gobierno en 1959, los partidarios del mercado libre tenían que hacer frente a un desafío que aún hoy sigue siendo relevante. En 1957, la Unión Soviética lanzó su satélite Sputnik, derrotando así a los Estados Unidos en la carrera entre los dos países para ser los primeros en el espacio. ¿Demostró esta victoria, o al menos sugirió, la superioridad de la ciencia soviética y de la economía planificada centralizadamente sobre la economía de mercado estadounidense? Los críticos del sistema de libre empresa como John Kenneth Galbraith (uno de los economistas menos apreciados por Rothbard) afirmaron que la investigación y el desarrollo (I+D) científicos requerían la planificación y el control del gobierno. El mercado libre, afirmaban estos críticos, no puede llevar a cabo la cuantiosa investigación que se requiere actualmente. ¿Pudo la empresa privada haber construido la bomba atómica? Hace tiempo que los soviéticos han desaparecido, pero las falacias de los argumentos favorables a la ciencia centralizada siguen hoy vivas. El gasto público en ciencia y tecnología ha aumentado mucho y hoy es mucho mayor de lo que fue en 1959. Este ensayo fue hallado entre los papeles de Rothbard. Pero las circunstancias exactas bajo las cuales fue escrito aún no han visto la luz. Como los lectores pronto descubrirán, su contenido es asombrosamente rico en ideas.