Dos años después de ganar el Premio Planeta, Ángel Vázquez publicó en 1964 Fiesta para una mujer sola, condenada al silencio por el régimen franquista. La novela contrapone la realidad gris y adormecida de la España de los años sesenta con la libertad que el protagonista respira en Tánger, ciudad internacional donde la convivencia entre judíos, musulmanes y cristianos daba lugar a un espacio vivo, sofisticado y extraño. A través de la historia de amor entre un joven aparejador que llega a esa capital africana para trabajar y una mujer madura aburrida de su soledad, explora con una prosa cuidadosamente elaborada los límites de la libertad y la represión en una sociedad marcada por la dictadura y la moral conservadora. Una exploración sobre la sexualidad femenina.
Ficha técnica
Editorial: Reino de Cordelia
ISBN: 9791387599409
Idioma: Castellano
Número de páginas: 272
Encuadernación: Tapa blanda
Fecha de lanzamiento: 16/02/2026
Año de edición: 2026
Plaza de edición: Madrid
Colección:
Literatura
Literatura
Número: 220
Alto: 20.0 cm
Ancho: 13.0 cm
Grueso: 1.5 cm
Peso: 512.0 gr
Especificaciones del producto
Escrito por Ángel Vázquez
(Tánger, 1929- Madrid, 1980) es más conocido por su figura de escritor maldito que por su excepcional obra literaria, totalmente inclasificable en su época. Autodidacta, políglota, homosexual, alcohólico, Vázquez se crió en un ambiente familiar problemático y condicionado por el sustrato que empapará buena parte de su obra, la ciudad de Tánger. Lector aventajado, al que influye de manera muy especial la obra de Virginia Woolf y de Katherine Mansfield, frecuenta los ambientes culturales que fomentan Jane y Paul Bowles, y traba un fuerte lazo literario con Emilio Sanz de Soto y Carmen Laforet. Entre un mar de precariedades y trabajos ocasionales se estrena con varios cuentos y una novela, Se enciende y se apaga una luz, con la que gana de forma inesperada el premio Planeta de 1962. Publicó una segunda novela, Fiesta para una mujer sola (1964), sin éxito ni repercusión. En 1976 alumbró su obra maestra y una cumbre de la literatura española, La vida perra de Juanita Narboni, por entonces también incomprendida. Poco después, totalmente alcoholizado e indigente, muere en una pensión madrileña, no sin antes quemar sus últimos manuscritos.