Después de la visita de Harvey Ángel la vida empezó a ser mucho más alegre. La señorita Skivy aprendió a andar en patinete, el señor Perkins decidió usar el pijama todo el día. Pero en las vacaciones, se escuchan ruidos extraños en la casa y la gente del pueblo no quiere revelarles la historia de la misteriosa casa Sibbald. Henry decide que es hora de llamar a Harvey Ángel.
Ficha técnica
Editorial: Fondo de Cultura Economica de España, S.L.