Este ensayo, escrito en francés, rinde homenaje a los mejores representantes del arte y el pensamiento belga, explorando el surgimiento de una identidad literaria propia en Bélgica a finales del siglo XIX. Gourmont, crítico, novelista y traductor francés, ofrece una mirada erudita y apasionada sobre un “pequeño pueblo heroico” y su contribución a la cultura europea.