A la vista de las numerosas ediciones de que gozó la "Coronación" de Juan de Mena entre los siglos XV y XVI, puede afirmarse que estamos ante un autentico Óbest seller". Paradójicamente los testigos de la epoca transmiten un texto defectuoso, al igual que las ediciones modernas de la obra. Aquí, se presenta una edición convenientemente depurada y fidedigna basada en el texto completo (esto es, con el poema y el comentario en prosa) que transmite el manuscrito ms. 208 de la Fundación Lázaro Galdiano de Madrid y se apoya en un Óstemma" de siete códices. En las contadas ocasiones en que este procedimiento no daba un resultado satisfactorio, se ha buscado una solución mediante la consulta de diez ediciones de los siglos XV y XVI.
Ficha técnica
Editorial: Consejo Superior de Investigaciones Científicas
ISBN: 9788400087555
Idioma: Castellano
Número de páginas: 528
Encuadernación: Tapa blanda
Fecha de lanzamiento: 05/03/2009
Año de edición: 2008
Plaza de edición: Es
Colección:
Anejos Revista de Filología Española
Anejos Revista de Filología Española
Número: 102
Alto: 24.0 cm
Ancho: 17.0 cm
Especificaciones del producto
Escrito por Juan de Mena
Juan de Mena (Córdoba, 1411-Torrelaguna, 1456) fue testigo de excepción de las vicisitudes políticas y culturales en la corte castellana de Juan II y protagonizó un proceso que pocos autores han podido arrogarse: la creación de una nueva lengua poética, constituida en modelo indiscutible durante más de medio siglo, en el tránsito de la Edad Media al Renacimiento. Huérfano de padre a poco de nacer, se crio con ayuda de parientes. Esta circunstancia y el no ser primogénito explican su aplicación al estudio, seguramente orientado desde un principio hacia la carrera eclesiástica o el funcionariado secular. Ya con veintitrés años, hacia 1434, marchó a estudiar a Salamanca, pero se desconoce su grado académico, si es que lo completó; de su obra se desprende una buena formación en artes. Consta su estancia en Florencia en 1442-1443, al servicio del cardenal español Juan de Torquemada, y quizás estuvo antes o después de esas fechas en Roma. Regresado a Castilla, se convirtió en autor reputado y desarrolló una carrera profesional como funcionario en su Córdoba natal. Llegaría a ser cronista regio (documentado desde 1448) y secretario de cartas latinas de Juan II. Ya en tiempos de Enrique IV falleció a su paso por la villa madrileña de Torrelaguna, donde recibió sepultura.