LA IMPACIENCIA DE LOS CRISANTEMOS

Todo lo que toca Guillermo Ariza sabe bien, suena bien y bien está.A pesar de su negativa a que se le reconozcan sus valores, este cosmopolita y polifacético escritor deslumbra sin pretenderlo, causando en quien se detiene en su obra la admiración lógica y, en la cercania de quienes lo conocen, un torrente de emociones que embarga también a quienes lo descubren.Tener a Guillermo como referente literario es un lujo, pues en sus rigurosas y detalladas publicaciones afloran valores y gestos únicos que bien merecen un reconocimiento más amplio, proceso que, sin duda, esta abocado a ser mas grande, mas colectivo.Con algo más de seis décadas de inquieta existencia, Ariza revive con cada párrafo, tras morir en su intrincada composición, para luego disfrutar de lo vivido con cada letra. Ha dominado y sufrido varios estilos, y se apasiona por haber resucitado tras vaciarse.